3/09/2014

¿Aun crees que a nadie le importas?

Encerrada en mi habitación llorando y escuchando los gritos de mis padres que decían: "ya no sé que hacer con esa niñita, le pagamos todo y nos agradece así.", Yo pensaba: "¿Por qué demonios tuve que existir?" "¿Por qué siempre ven lo malo en mi?" Ellos nunca entenderán como me siento.
Aferrada a la situación y tratando de encontrar la respuesta a mis dudad, no encontré mejor manera de acabar con el dolor de la forma más cobarde del mundo. Vi un sacapuntas que estaba tirado en mi habitación, con unas tijeras le saque el tornillo para poder arrancar el filo. Acto seguido marqué un pequeño tajo en mi muñeca para acabar con todo. De repente una luz cegadora aparece en mi cuarto; al bajar un poco la intensidad de aquella luz puedo contemplar a una pequeña niña de unos más o menos seis años, tenía una tierna mirada, pelo castaño que no le llegaba un poco más abajo de los hombros, andaba con un vestido blanco muy bonito que le llegaba hasta las rodillas, era muy flaquita. Parecía ser un gran signo de delicadeza. Su mirada reflejaba tristeza; ella noto en un instante los cortes en mi muñeca.

-¿Por qué haces eso? -Dijo señalando mis cortes (su voz era aun más dulce de lo que parece)-
El impacto que sentía en ese momento era demasiado. En mi cabeza había un sin fin de pensamientos, en un momento pensé en gritar pero no la quería asustar. Solo conteste:
-No lo entenderías.
-Estoy casi segura que tú tampoco sabes lo que es.
-Claro que lo sé.
-¿No te preocupa si te mueres haciendo eso?
-no le importo a nadie, así que creo que esa es la idea.
-¡¿Qué?! ¿Cómo alguien como usted desea morir? -Soltó una risita burlesca. No sabía si tomarlo mal, grosero o reírme también- ¿No sabes qué pasaría si tu mueres? -Negué con la cabeza- Sígueme.
Le hice caso y la seguí, bajamos las escaleras de mi casa y vi a mis padres llorando en el sofá, me acerque a ellos y les pregunte qué sucedía, pero la pequeña niña me explico que ellos no me ven y tampoco me escucharan. Al lado de ellos, encima de la mesa de centro se encontraba el diario abierto en una página. Al leerlo sentí unas inmensas ganas de llorar. Este decía: "Se encuentra cadáver de una niña de 16 años tras tener una depresión severa, esta presentaba autolesiones en todo el cuerpo...". No pude seguir leyendo ya que se escucharon unos golpes en la habitación donde esta mi hermano, subí corriendo las escaleras hasta llegar a su cuarto pero se enc
ontraba con llave.
-Segura que quieres entrar? -Me pregunto la niñita, yo asentí con la cabeza.-
Ella me tomo la mano y atravesamos su puerta. Al entrar estaba todo oscuro, la única luz que entraba a la pieza era la del sol que está recién saliendo indicando que ya esta amaneciendo; en la habitación de mi hermano pude ver todo tirado y roto en el suelo, y su expresión de dolor me hizo llorar. Le pedí a la pequeña niña que por favor me sacara de la habitación y ocupo la misma técnica con la cual entramos.
-¿Quieres visitar a tu curso? -Me pregunto, volví a asentir con la cabeza.-
Después de unos minutos caminando por la ciudad llegamos a mi colegio, cuando llegue a mi sala me acerque a mi grupo de amigas a escuchar lo que hablaban; estaban organizando una pijamada y me sorprendió que me tomaran en cuenta. Sonó el timbre y todo mi curso entro a la sala, en eso llega nuestro profesor jefe y con un nudo en la garganta dice: "chicos, les tengo una mala noticia... Me acaban de informar que una de sus compañeras ayer falleció" todos se miraron y trataban de saber quién era entre los 6 ausentes, contándome a mí. En eso una de mis mejores amigas levanta la mano y pregunta quién es, el profesor al borde de las lagrimas dice mi nombre y apellido y en la sala se hace un silencio que en tan solo unos segundos lo rompió el llanto de mis amigas, otros lloraban en silencio por mientras que otros se abrazaban.
Cerré los ojos con fuerza aguantando las lágrimas y cuando los volví a abrir me encontraba nuevamente en mi habitación con la misma niñita a mi lado tal como al principio.
-¿aun crees que a nadie le importas? -Me pregunto la niña con una dulce sonrisa, yo asentí con la cabeza.-
-¿Quién eres tú? -Me atreví a preguntar-
-¿acaso aun no me reconoces?- Esta vez negué con la cabeza- Yo soy tu.
En ese momento la misma luz que trajo a la pequeña niña volvió pero para llevársela, le grite que no se vaya pero ella solo me hizo una despedida con la mano y dijo "estoy muy orgullosa de la hermosa niña que me convertiré". Quede desconcertada. Me acorde de la pelea que tuve con mis padres y baje corriendo a la sala de estar donde se encontraban ellos, me miraron muy preocupados al verme llorando y corriendo, los abrace con mucha fuerza y les dije que los amaba y que nunca más les gritare ni les faltare el respeto; mis padres me aceptaron las disculpas y después me abrazaron, luego subí a la habitación de mi hermano y al principio no le gusto mucho que entrara a su habitación de golpe pero luego con todas las mamonerías que le dije se puso a reír y me abraso. Me fui a mi habitación y le mande un mensaje a todas mis amigas diciendo que las amaba, creo que nadie entenderá nunca por qué actué de esa manera, y si supieran me creerían loca. Ahora todos los días le digo a mi hermano que lo amo, a mis amigas que son las mejores y a mis padres le doy gracias por darme la vida.

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